por Alberto J. Muniagurria y Eduardo Baravalle

ESTADO MENTAL

La evaluación del estado mental debe tener en cuenta una serie de manifestaciones exteriores que representan los síntomas de las funciones superiores del cerebro. Es tremendamente difícil conseguir ser preciso en un campo en el cual la investigación ha llegado a interpretar sólo en forma parcial los mecanismos íntimos de la producción de tales síntomas. Se deben considerar los factores sociales, educacionales, religiosos, diferencias sexuales, de edad, de costumbre, factores o pautas sectoriales, etc., que influyen directamente en las características que presentarán todas las manifestaciones del estado mental.

Estas manifestaciones a que se hace referencia son el comportamiento general, el estado de ánimo, los mecanismos y contenidos del conocimiento y la comprensión y la inteligencia.

A continuación, se presenta una serie de definiciones sobre términos que deben tenerse en claro para comprender el capítulo sobre estado mental.

Comportamiento general

Está conformado por una serie de factores o elementos, a saber:

Conciencia. Es la capacidad de alerta, de reconocimiento de sí mismo y del ambiente que lo rodea al individuo.

Conversación. Es la capacidad de una persona de manifestar su pensamiento a través del lenguaje hablado.

Relaciones interpersonales. Es la capacidad de mantener una comunicación equilibrada con las personas que le rodean, teniendo en cuenta las diferencias existentes en cuanto a rango, posición, edad, etc.

Relaciones con las cosas. Es la capacidad de comunicación con el medio ambiente animal e inanimado.

Actividad. Es la capacidad de desarrollar un comportamiento adecuado en relación con sus funciones, costumbres, pautas culturales, etc.

Hábitos de ingesta, sueño e higiene. Se refiere a las costumbres educacionales, con respecto a la alimentación, sueño e higiene, adecuadas a factores culturales, sociales, religiosos, etc.

Estado de ánimo

Se refiere a la emoción sostenida o estable que colorea la forma en que una persona contempla el mundo.

Afecto. Es la respuesta instantánea o inmediata ante las distintas situaciones, que se expresa a través de la actitud, o la voz o la expresión facial.

 Tabla 3-1. Evaluación del estado mental
  1. Comportamiento general
    • - Conciencia
    • - Conversación
    • - Relaciones interpersonales
    • - Relaciones con las cosas
    • - Actividad
    • - Hábitos de sueño, ingesta, higiénicos
  2. Estado de ánimo y afecto
  3. Pensamiento: conocimiento y comprensión
    • - Metodología y contenido del pensamiento
    • - Orientación
    • - Memoria
    • - Atención
    • - Lenguaje escrito, hablado
  4. Inteligencia
    • - Información
    • - Vocabulario
    • - Pensamiento abstracto
    • - Juicio

Pensamiento: conocimiento y comprensión

El pensamiento abarca tanto la capacidad cognoscitiva (conocer) como aquellas capacidades que permiten comprender o entender. Interesa consignar la diferencia entre proceso de pensamiento y contenido del pensamiento. El proceso de pensamiento es la metodología que se sigue en orden jerárquico, de lógica y de coherencia para completar una idea. El contenido se refiere a la riqueza o pobreza de la idea.

Dentro del contenido del pensamiento es importante definir la orientación, la atención, la memoria y el lenguaje escrito.

Orientación. Es la capacidad de ubicación en tiempo, espacio y gente, dependiendo de la memoria y de la atención.

Atención. Es la capacidad de concentración en el tiempo a través de una actividad.

Memoria. Es la capacidad de grabar o registrar información para poder recordarla cuando sea necesaria. Se habla de memoria reciente cuando se refiere a episodios de los últimos días u horas. Y de memoria remota cuando se refiera a años pasados.

Lenguaje escrito. Es la capacidad de comprender el significado de las palabras, escritas o habladas, y la capacidad de escritura.

Inteligencia

Resulta ficticia la separación de pensamiento e inteligencia si uno piensa en términos genéricos en su sentido más amplio. La razón para efectuar esta división radica en la posibilidad de comprender mejor los métodos de estudio del estado mental del paciente. La inteligencia es la capacidad integradora de las funciones intelectuales superiores que dependen de la claridad con que se integran las percepciones, la plasticidad mental, la memoria, la riqueza de asociaciones, la imaginación y la capacidad de relacionar las ideas entre sí, y también de factores propiamente intelectuales como la atención, el control volitivo y la ambición de triunfar.

Dentro de la inteligencia se encuentran el pensamiento abstracto, que es la capacidad de comprender y explicar ideas sin límites concretos, el vocabulario, la información general y el juicio, que consiste en la capacidad de llegar a una idea integradora o conclusión a través de un razonamiento o de una comparación bien elaborados.

Con un breve interrogatorio, el explorador debe estar en condiciones de evaluar si el paciente se halla en estado de alerta, es decir, con conciencia normal.

 

ACTITUD O POSTURA

La actitud es la posición que adopta el paciente en forma espontánea con la finalidad de aliviar un dolor o un malestar, o simplemente por comodidad. La actitud normal se adopta por comodidad, y por tanto no es imprescindible ni única. El examen de la actitud empieza cuando el paciente entra en el consultorio, o al comenzar el interrogatorio en los pacientes hospitalizados. También se debe observar la mayor o menor facilidad con que se realizan los movimientos para adoptar esa actitud o postura, la ausencia o no de movimientos involuntarios y el equilibrio y la seguridad en los movimientos.

FACIES

Es el aspecto o fisonomía del rostro de una persona. Depende de la forma de la cara, de la coloración y del tono o contracción de los músculos faciales. En el análisis de estas características se deben tener en cuenta las variaciones normales de acuerdo con la raza o el grupo étnico, la edad, la profesión y el sexo. La coloración y el tono muscular determinan expresiones de miedo, de dolor, de ansiedad, dé concentración, de sueño, de tristeza, etc. La coloración depende del pigmento melánico, del grosor de la piel, de la cantidad de vasos sanguíneos y de su flujo, del contenido de hemoglobina u otros pigmentos. También se debe describir la forma y la simetría de la cara. Es útil solicitar al paciente una foto de su rostro de tiempo atrás e interrogar a un familiar sobre eventuales cambios ocurridos.