por Alberto J. Muniagurria y Eduardo Baravalle
El examen mamario es un procedimiento que incluye la inspección y la palpación. A su vez, debe servir como enseñanza a cada mujer que efectúe su propio autoexamen, que debe ser realizado en forma periódica.
La mama normal puede mostrar variaciones de acuerdo con la edad, el estado nutricional, la relación con las fases del ciclo menstrual, etc. En pacientes jóvenes la mama es elástica, firme y en forma de cono, y los pezones son claros. Los límites del tejido mamario se reconocen con facilidad y es posible mover las mamas sobre la pared costal anterior. En pacientes de edad avanzada la mama está péndula, ha perdido turgencia y los límites son menos precisos. En las pacientes obesas la mama es grande y péndula, mientras que en las delgadas es pequeña. Durante el ciclo menstrual la mama se vuelve más sensible a la palpación, con cambios en la turgencia.
El tejido mamario normal puede presentar nodularidad generalizada. El embarazo se acompaña de pigmentación de los pezones.
Numerosas mujeres pueden sentir vergüenza al reconocer que no efectúan su propio autoexamen. La forma de acercarse a este tema es preguntando si se les ha enseñado sobre dicho método. Otras mujeres sienten que son muy jóvenes para hallarse en situación de riesgo potencial.
El riesgo debe serles aclarado. Es preciso explicar el propósito del examen rutinario y la importancia de reconocer en los tejidos normales los cambios o anormalidades. El examen mamario es un reaseguro de la salud y no una búsqueda de enfermedad.
El autoexamen debe ser realizado todos los meses, en el período posmenstrual, evitando así la turgencia y el dolorimiento del período premenstrual.
Puede ser útil que la mujer se autoexamine durante un primer ciclo, todas las semanas, para reconocer los cambios que se producen en el tejido mamario durante las distintas fases del ciclo menstrual. De allí en más lo realizará en forma mensual. La paciente deberá hacer su primer autoexamen en presencia del profesional. Si ha realizado el autoexamen mamario, se le debe preguntar sobre el hallazgo de anormalidades. Es frecuente que la paciente que haya descubierto anormalidades sienta temor de comentar su problema, esperando que su médico las descubra.
Posición sentada. La paciente debe encontrarse con los brazos a los costados (figura 9-1), y se examinarán sus mamas visualmente observando su simetría, tamaño (que demuestra los efectos estrogénicos), contornos, hundimientos o masas. También deberán inspeccionarse los pezones, describiendo su color y forma, y observar si existen secreciones. De modo similar, esta parte del examen debe ser realizada por la paciente en su casa y frente a un espejo.
También se examinarán las mamas con la movilización de diferentes grupos musculares, en búsqueda de adherencias. Se le solicita a la paciente que eleve sus manos por encima de la cabeza (figura 9-2) y que luego las baje. Se le debe pedir, asimismo, que coloque los brazos en jarra (figura 9-3) y que realice una presión sobre la cintura, y solicitarle que se flexione hacia delante para observar las mamas.
Se deben palpar además las axilas, los huecos supraclaviculares y las mamas en posición sentada.
Posición supina. Se efectúa con la paciente cubierta de la cintura para abajo (figura 9-4), con los brazos por detrás de la nuca y con una almohada por debajo de los hombros. Se usará la parte plana de los dedos, aplicando una presión firme sobre el tórax. La mama debe dividirse en cuatro cuadrantes, examinando bien los tejidos alrededor y debajo del pezón. Asimismo, es necesario saber distinguir el fino tejido glandular y la consistencia irregular de la mama normal. Se debe exprimir la mama en busca de secreciones, y averiguar si la paciente tiene preguntas que formular. Se le puede recomendar que realice su autoexamen con la mano enjabonada durante el baño.